Colección: Turquesa

La turquesa es un mineral azul verdoso que ha sido apreciado durante miles de años por su color único y es una de las piedras preciosas más antiguas que se conocen. Su historia se remonta al Antiguo Egipto, donde adornaba el cuello de los faraones, como se ve en artefactos que datan de alrededor del 3000 a.C. Los antiguos egipcios llamaban a la turquesa "mefkat", que también significaba "alegría" y "deleite".

Los persas también atesoraban la turquesa, y las minas en la península del Sinaí han estado en funcionamiento desde aproximadamente el año 2000 a.C. La turquesa persa era conocida por su color azul huevo de petirrojo, sin presencia de verde. Era un símbolo del cielo en la tierra y se usaba ampliamente en el adorno de palacios y mezquitas.

Las culturas nativas americanas han valorado mucho la turquesa, particularmente en el suroeste de los Estados Unidos. Los apaches creían que podía mejorar las habilidades de tiro con arco, mientras que los navajos pensaban que podía provocar lluvia arrojando un trozo de turquesa a un río.

En cuanto a sus beneficios, la turquesa es considerada una piedra de comunicación en las creencias New Age, asociada al Chakra de la Garganta. Se cree que fomenta la empatía, el pensamiento positivo y la sensibilidad. En el pensamiento tradicional, se considera un talismán de protección, buena suerte y un promotor de la claridad mental. También se pensaba que cambiaba de color para advertir de peligro o infidelidad.

Físicamente, a la turquesa se le atribuyen efectos antiinflamatorios y desintoxicantes, y se dice que beneficia los sistemas respiratorio, esquelético e inmunológico. Sin embargo, estos beneficios se basan en creencias metafísicas y no están respaldados por evidencia científica.

A lo largo de la historia, la turquesa ha mantenido su atractivo, desde figuras históricas como la reina Zar de la antigua Persia hasta celebridades modernas, adornándose con esta vibrante piedra. Sigue siendo una joya popular en joyería y artículos decorativos, apreciada tanto por su belleza como por la rica historia que conlleva.
Es importante recordar que, si bien muchos creen en las propiedades curativas o terapéuticas de las piedras, estos no son conceptos científicamente probados. El disfrute y los beneficios derivados de las piezas de piedra mixta son a menudo personales y subjetivos.